Alfred Hitchcock es conocido como el «maestro del suspenso«, precisamente por marcar la historia del cine con sus creaciones, este director.
Su vida, su obra y sus producciones cinematográficas siempre han sido una curiosidad inherente al público. Por eso, en este artículo podrás ver algunos detalles sobre cada uno de estos aspectos.
Características
Ciertamente, Alfred Hitchcock no sería reconocido si no fuera un director con una firma artística, es decir, unas características propias que lo hacen relevante en la historia del cine.
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Suspenso
El director se encarga de difundir este género. El maestro entendía bien lo que hace que el espectador sea aprensivo, creando situaciones de tensión e intriga, como una bomba a punto de estallar en las manos de los que miran.
Aunque muchas cosas sólo llegaron al público de la época, aún hoy muchas de sus tramas tienen efectos tensos y sorprendentes.
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Voyeurismo
El trabajo de cámara del director hace que el espectador se sienta dentro de la película como un observador pleno.
En «Ventana indiscreta» (1954), el voyeurismo es evidente, ya que se trata simplemente de un hombre que mira a través de una ventana la rutina de la vida de varias personas, especialmente la de un hombre.
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Espectador omnisciente
En «Ventana Indiscreta» (1954), la trama se desarrolla con Jefferies sospechando que su vecino ha matado a su mujer. Lo vigila día y noche con el objetivo de estar seguro de lo que ha sucedido.
Sin embargo, hay un momento clave en el que el supuesto asesino sale de su casa una madrugada lluviosa con una maleta en la mano, lo que debilita la hipótesis de que sea él el criminal.
Sin embargo, sólo el espectador ve este momento. Jeff duerme y no observa.
En este contexto, se percibe la omnisciencia del espectador que sabe más que el héroe de la trama.
Otro ejemplo similar ocurre en «Festín Diabólico» (1948), ya que sólo los asesinos y el público saben que hay un cadáver escondido en el piso, donde se celebra una fiesta con varias personas.
Las tramas que giran en torno a un crimen están presentes en la gran mayoría de las obras de Hitchcock, de manera que el espectador se queda con una noción de la trama completa.
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Más imágenes, menos diálogos
Hitchcock defiende el concepto de «cine puro», teniendo la imagen como principal informador de la historia. Más que las palabras, los diálogos y las actuaciones, la cámara, la escenografía, los objetos en escena y la fotografía siempre dirían más que cualquier otra cosa.
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Personajes ambiguos
El cineasta no fijó sus personajes como totalmente buenos o totalmente malos. Los villanos tenían sus encantos, al igual que las víctimas tenían sus rasgos desagradables. Esta estructura hace que toda la narración sea incierta, dejando al espectador intrigado y desconfiado.
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Sonido y música
El director trabajó en la época del cine mudo y no parece haber impugnado la llegada del sonido, como muchos otros directores.
En «Festín diabólico» (1948), Hitchcock utiliza el sonido ambiente (o sonido diegético) para crear tensión, con el ruido de un metrónomo, en un tenso diálogo entre dos personajes en un momento crucial de la trama.
En cuanto a la música, la composición de Psicosis (1960) es una de las obras maestras de la historia de la banda sonora del cine.
El sonido y la música fueron uno más de los artificios para alcanzar la tensión deseada en sus obras. El director optó por insertar música en 34 escenas de la película.