Los vegetales se caracterizan por la capacidad de producir su propio alimento, el autotrofismo. Sin embargo, en algunos casos, no disponen de buenos recursos nutricionales para ello, por lo que es necesario el uso de fertilizantes.
Características
Los fertilizantes son compuestos orgánicos o inorgánicos utilizados para reponer los nutrientes esenciales para el desarrollo vegetal. Algunos nutrientes son necesarios para los vegetales en menores cantidades y por eso se los denomina micronutrientes, como es el caso del hierro, zinc, boro, manganeso, cobalto, molibdeno, etc. Los demás nutrientes son necesarios en mayores cantidades, estos son los macronutrientes: nitrógeno, potasio, hidrógeno, carbono, oxígeno, calcio, azufre, fósforo y magnesio.
Son usados en la agricultura para mejorar la producción.
El carbono, el oxígeno y el hidrógeno están ampliamente disponibles en la naturaleza y pueden ser absorbidos fácilmente por las plantas, por lo que prácticamente no se suministran a través de fertilizantes. Los demás macronutrientes, aunque sean abundantes en el medio ambiente, son difíciles de conseguir y, en algunos casos, deben ser suministrados artificialmente, como ocurre, en especial, con el nitrógeno, el fósforo y el potasio.
Los fertilizantes contienen en su composición nitratos y fosfatos, y una vez lanzados en las labranzas son posteriormente arrastrados con el agua de las lluvias al lecho de los ríos o se filtra en el suelo, yendo a las capas freáticas y manantiales.
Estos compuestos, cuando están presentes en el agua, aumentan considerablemente la población de algas y plantas, pues como el propio nombre lo dice, estos vuelven al suelo fértil. Y la consecuencia de esa perturbación en la vegetación acuática es la Eutrofización.
La gran mayoría de los fertilizantes agrícolas está compuesto de estos tres elementos combinados: el nitrógeno actúa en la formación de las proteínas indispensables para la formación del tallo y de la raíz; el fósforo acelera el crecimiento y la maduración de los frutos y el potasio participa en la defensa contra enfermedades y el desarrollo de las semillas.
Clasificación
En general, los fertilizantes se clasifican en:
Minerales: son aquellos constituidos sólo por nitrógeno, fósforo y potasio, de rápida absorción. Esta clase se subdivide en:
- Fertilizantes nitrogenados: compuestos esencialmente de nitrógeno. Tienen como principal materia prima el amoníaco (NH3).
- Fertilizantes fosfatados: sustancias constituidas de fósforo asimilable para los vegetales y obtenidas a partir del superfosfato, fosfato oxidado, fosfatos de amonio y termofosfatos.
- Fertilizantes potásicos: sustancias muy solubles en agua, que suministran el potasio necesario para el desarrollo vegetal. Sulfato de potasio y cloruro de potasio son las principales materias primas para la producción de estos fertilizantes.
Orgánicos: son desechos de animales o vegetales, de acción lenta, que suministran los principales nutrientes esenciales a las plantas. Como ejemplo de fertilizantes orgánicos se tiene el estiércol, chorum, harina de pescado, harina de huesos, etc.
Mixtos: combinación de fertilizantes nitrogenados, fosfatados y potásicos.
Aplicaciones
La aplicación de todo fertilizante requiere una evaluación previa de las condiciones del suelo. Para ello, se puede realizar un análisis del suelo, una prueba que indique, entre otros aspectos, el nivel de fertilidad, la capacidad de almacenamiento de agua y las propiedades físicas de la tierra a ser cultivada.
A través del análisis del suelo y de posibles síntomas de mala nutrición vegetal, existen métodos para determinar el tipo de fertilizante necesario, así como su cantidad. El exceso de abono puede ser tan nocivo a la planta como su carencia.