
Tras la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dividido en dos esferas de influencia: el bloque capitalista, bajo el liderazgo de Estados Unidos, y el bloque comunista, liderado por la Unión Soviética. Se instaló una tensión permanente en el planeta, llamada Guerra Fría.
Características de la Guerra Fría
La Guerra Fría, que duró de 1945 a 1991, se caracterizó por el enfrentamiento no declarado entre Estados Unidos (EEUU) y la Unión Soviética (URSS), así como por la división del mundo en dos segmentos, con sistemas económicos, políticos y sociales opuestos.
En poco tiempo, la polarización se extendió a todo el planeta; EEUU y la URSS crearon áreas de influencia y se apoyaron en alianzas político-militares.
Bloque occidental o capitalista
En 1948, el gobierno estadounidense aprobó el Plan Marshall, un programa de ayuda económica destinado a reconstruir los países de Europa Occidental devastados en la Segunda Guerra Mundial.
En 1949, los estadounidenses y sus aliados formaron una alianza militar, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que sigue activa en la actualidad.
Bloque oriental comunista
En 1949, para coordinar sus políticas económicas, la URSS y sus aliados: Bulgaria, Hungría, Checoslovaquia, Polonia y Rumanía, y más tarde Albania, la República Democrática Alemana (RDA), Mongolia, Cuba, Vietnam y Yugoslavia, formaron el Consejo de Asistencia Económica Mutua (Comecon).
En 1955, crearon una alianza militar para contrarrestar a la OTAN, el Pacto de Varsovia, que se disolvió a principios de la década de los 90.
Para protegerse mutuamente, Estados Unidos y la Unión Soviética almacenaron armas y explosivos de gran poder destructivo, como la bomba atómica y la bomba de hidrógeno. Para evitar una guerra directa, soviéticos y estadounidenses estimularon los conflictos armados en varias partes del planeta.
La Guerra Fría influyó en la organización político-ideológica de los distintos países, que comenzaron a insertarse en el bloque capitalista o en el comunista.
Estados Unidos y la URSS practicaron políticas restrictivas, reprimiendo la libertad de opinión y de crítica en ambos bloques.
Los ejemplos más contundentes fueron el macartismo en Estados Unidos y la imposición de regímenes comunistas autoritarios en Europa del Este.
Causas de la Guerra Fría
Los orígenes de la Guerra Fría se encuentran al final de la Primera Guerra Mundial, cuando tuvo lugar la Revolución Socialista en Rusia y Estados Unidos emergió como una gran potencia.
En aquella época, surgió un clima de desconfianza en Occidente ante la posible expansión del socialismo, que podía chocar con los intereses capitalistas. Pero fue con el fin de la Segunda Guerra Mundial cuando el antagonismo entre el capitalismo y el socialismo se acentuó.
Con la Conferencia de Potsdam, el mundo quedó prácticamente dividido en áreas de influencia entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Las dos potencias que surgieron en la posguerra mundial mostraron interés en expandirse económica y políticamente.
La tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética afloró en 1947, cuando en Turquía y Grecia, que según la Conferencia de Yalta debían permanecer bajo dominio británico, surgieron movimientos comunistas que pretendían aliarse a estas dos naciones junto con la Unión Soviética. Las tropas norteamericanas intervinieron en la región, sofocando los movimientos comunistas.
En ese momento, el presidente estadounidense Harry Truman envió un mensaje al Congreso en el que decía que Estados Unidos debía apoyar a los países libres que estuvieran «resistiendo los intentos de subyugación por parte de minorías armadas o por presiones externas«.
De hecho, el mensaje del presidente Truman que trataba sobre Grecia y Turquía, justificaba la intervención militar de Estados Unidos no sólo en esos países, sino también en otros en los que los comunistas pudieran disputarse el control político.