El Imperio Romano fue la tercera fase de la civilización romana, según la periodización utilizada por los historiadores.
Este periodo comenzó en el 27 a.C., con la coronación de Octavio como emperador de Roma, y duró hasta el 476 d.C., cuando el último emperador, Rómulo Augusto, fue depuesto del trono. Tal acontecimiento puso fin al imperio en su parte occidental.
Es el periodo de centralización del poder en Roma, al pasar de manos del Senado a la figura del Emperador. El imperio es la fase álgida de esta civilización, ya que había alcanzado su máximo dominio territorial, pero finalmente se produjo su crisis, que condujo a su fin, en el siglo V d.C.
Principales características
El Imperio Romano de Occidente existió entre el 27 a.C. y el 395 d.C.
Poder político concentrado en manos del emperador (considerado como una especie de dios en la tierra: poder divino del emperador).
Política exterior expansionista, mediante guerras de conquista o acuerdos diplomáticos (favorables a los romanos).
Hasta el año 330, la ciudad de Roma fue la capital del Imperio. Del 330 al 395, la capital fue la ciudad de Constantinopla.
La lengua oficial del Imperio Romano era el latín.
Religión politeísta (creencia en varios dioses), muy influenciada por la religión griega. Los cristianos fueron perseguidos durante gran parte del periodo imperial. Sin embargo, en el siglo IV, el cristianismo era la religión predominante en el imperio y su culto fue liberado por el emperador Constantino.
Recaudación de recursos (monedas o en especie) mediante el cobro de impuestos y tasas a las provincias (regiones conquistadas y gobernadas por los romanos).
Imperio formado por un gran territorio debido a las conquistas militares. El imperio dominaba zonas del norte de África, casi toda Europa, Oriente Medio y la región de Asia Menor.
Uso de mano de obra esclava. La esclavitud era la base de la fuerza de trabajo del Imperio Romano. Los esclavos se obtenían durante las conquistas militares.
Política de «pan y circo« adoptada por algunos emperadores romanos para entretener (mediante luchas de gladiadores y simulacros de guerra) y dar comida a los más pobres, evitando así las revueltas sociales en Roma.
La sociedad era patriarcal y jerárquica (dividida en estratos sociales bien definidos).
Existencia de un ejército fuerte, numeroso y bien preparado, con excelente armamento y estrategias militares.
En el ámbito de las infraestructuras, se destacaron las calzadas romanas, que interconectaban varias regiones y provincias. Además de facilitar el transporte de mercancías, estas carreteras se utilizaban como rutas militares.
El Imperio Romano utilizaba oficialmente tres monedas: el Denario, el Sestercio y el Soldo.