El nazismo es una expresión derivada de la palabra «nazi», que en realidad es la abreviatura de «Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores». El Partido, organizado por Adolf Hitler en los años 20, tenía los mismos ideales que el nazismo, que fue creciendo y ganando terreno. Pero, ¿cómo surgieron estos ideales?
El nazismo: el comienzo
En 1919, Alemania perdió la Primera Guerra Mundial y fue sometida a muchas humillaciones, así como a las exigencias de los países vencedores.
Los efectos de la derrota fueron perceptibles en los sectores económico, social y cultural, entre otros, y fueron sentidos directamente por la población alemana.
Con ello, surgió un intenso resentimiento de los alemanes hacia los demás países, lo que contribuyó a revitalizar el extremismo nacionalista alemán.
Tras la Primera Guerra Mundial, se produjo una reestructuración de la política alemana, que se conoció como la República de Weimar.
El nombre se debe al lugar en el que se redactó la constitución para establecer las nuevas directrices políticas de Alemania.
En este contexto, durante la República, el nazismo comenzó a articularse con otros partidos y facciones políticas, ejerciendo presión contra el nuevo poder instituido.
Desde el punto de vista económico, la República de Weimar dio resultados muy satisfactorios entre 1924 y 1929, ya que hizo que los países invirtieran en Alemania, especialmente los Estados Unidos.
Sin embargo, la economía del país se hundió con la Gran Depresión Americana y el colapso de la Bolsa de Nueva York en 1929, y entró en un nuevo declive que acabó por radicalizar las propuestas del partido nazi.
¿Cuáles son las características del nazismo?
Como ideología instituida en el poder, las principales características del nazismo se derivaron de las ideas de Hitler, desarrolladas mientras estaba en prisión.
Se utilizaría la propaganda para controlar a la población, como por ejemplo a través de la radio y el cine, que también fueron esenciales para la difusión de estas ideas.
Las ideas difundidas por Hitler eran de antisemitismo, ya que asociaba a los judíos con la mayoría de los problemas a los que se enfrentaba Alemania, lo que intensificaba el odio contra este pueblo.
En esto se basó el Holocausto, que causó la muerte de más de 6 millones de personas, en su mayoría judíos, dentro de los campos de concentración.
También existía la noción eugenista de la superioridad del hombre blanco germánico, llamado raza aria, además de los ideales racistas y la construcción de un espacio para que la raza «pura» construyera su imperio.
Según los planes de Hitler, las vastas regiones del continente europeo debían ser invadidas para recuperar este espacio, ya que según la visión hitlerista, debido a su superioridad como parte del pueblo ario, debía ser el señor de los demás pueblos.
Hitler convenció a mucha gente, formando gran parte de la población alemana con sus seguidores, que acabaron convirtiéndolo en un gran líder, asegurando una Alemania triunfante y próspera.
Sin embargo, fue este contexto el que llevó a Alemania a la Segunda Guerra Mundial, aún más sangrienta que la anterior, así como al horror de la «industria de la muerte», que se veía constantemente dentro de los campos de exterminio.
Adolf Hitler
Nacido en Austria, en 1889, Hitler participó como soldado en la Primera Guerra Mundial, como uno de los varios combatientes de la Triple Alianza.
Después, Hitler integró a un grupo de excombatientes que, juntos, desarrollaron una ideología que pretendía rescatar la «dignidad política» y el «glorioso pasado alemán», teniendo como ideales, por tanto, mantener los dos grandes imperios que habían sido esenciales para Alemania.
A partir de este grupo se fundó el Partido Nazi, que dio apoyo al Tercer Reich.
Antes de la debacle de 1929, Hitler, junto con los aliados, intentó tomar el poder en 1923, pero fueron detenidos y condenados.
El líder, en la cárcel, dejó constancia de su ideología perfeccionada en el libro «Main Kampf«, que significa «Mi lucha».
El libro contenía todo el programa que el Partido Nazi pondría en práctica, y fue con este partido con el que Hitler pudo nombrar representantes en el parlamento y alcanzar el puesto de canciller, quedando en inferioridad política sólo con el presidente Von Hindenburg.
En 1933, Hitler y el partido nazi empezaron a presionar al presidente para que les diera más poderes, y fue entonces cuando comenzó efectivamente la dictadura nazi.
Al año siguiente, el presidente Hindenburg murió, y entonces Hitler lo nombró no sólo canciller, sino también presidente. Así, el régimen del partido nazi llegó a ser caracterizado como totalitario, en su totalidad.