
El neoplatonismo fue una corriente filosófica que incluyó varias doctrinas y se manifestó desde alrededor del siglo III d.C. hasta el siglo VI d.C.
Esta corriente tiene como principal referencia la filosofía platónica, pero desde una perspectiva más mística, espiritual y cosmológica. Entre sus principales filósofos figuran Plotino y San Agustín de Hipona.
Qué es el Neoplatonismo
El neoplatonismo surgió con la Escuela de Alejandría, fundada por Amonio Sacas en el siglo III y terminó con el cierre de la Escuela de Atenas impuesto por Justiniano en el siglo VI.
Esta corriente incluía varias doctrinas filosóficas. Lo que unía a los distintos filósofos de esta corriente era el hecho de que pensaban y defendían el monismo idealista y la plenitud de Dios, pensamientos que influían tanto en los cristianos como en los paganos.
Es importante señalar que el término «neoplatonismo» fue atribuido posteriormente por los historiadores y otros filósofos medievales porque entendieron que la filosofía propuesta por estos pensadores no era una simple relectura de la obra de Platón.
De hecho, los neoplatónicos no defendían el principal fundamento teórico de Platón, el dualismo, ya que eran monistas.
Características
El neoplatonismo defendía una cosmovisión monista, es decir, sus doctrinas giraban en torno a la plenitud de un único ser: Dios. He aquí algunas características de esta corriente filosófica:
- Monismo: en oposición al dualismo platónico, la corriente neoplatónica defiende la existencia de un ser único y creador.
- Emanación: Como resultado del monismo, los neoplatónicos creen que todo emana de este Dios, es decir, todo se origina en este Dios.
- Incognoscibilidad de Dios: para los neoplatónicos, aunque las creaciones divinas tengan parte de la esencia de Dios, nunca podremos conocer realmente a Dios debido a nuestras imperfecciones. La única manera de intentar describir a Dios es por lo que no es.
Sin embargo, es importante subrayar que este Dios del neoplatonismo no es necesariamente el Dios del cristianismo. Esto se debe a que esta corriente filosófica tenía varias doctrinas e influyó en muchas otras.
Filósofos neoplatónicos
Aunque Amonio Sacas es el fundador de esta corriente, poco se sabe de su pensamiento, ya que no dejó nada escrito. Lo que se conoce es lo que aparece en los escritos de sus discípulos, que se convirtieron en importantes filósofos neoplatónicos.
Plotino (205 – 270 d.C.)
Discípulo más importante de Amonio, Plotino desarrolló su pensamiento en las Enéadas, un largo conjunto de libros en los que expresa tres conceptos fundamentales (el Uno, el Intelecto y el Alma), que sirvieron de base a la corriente neoplatónica.
Las Enéadas se componen de 54 tratados sobre la filosofía de Platón, pensamientos y relecturas de esa filosofía.
Platón tenía una visión dualista del mundo y lo dividía en «mundo de las sombras –material-» y «mundo de las ideas –inmaterial-«, siendo el primero imperfecto y el segundo perfecto.
Plotino no estaba de acuerdo con este pensamiento y defendía el monismo, que garantizaba la unidad del ser humano y la plenitud de Dios.
Porfirio (234 – 304 d.C.)
Fue discípulo de Plotino y se encargó de editar las Eneadas, la obra de su maestro. También creó su propia filosofía basada en lecturas de Aristóteles y Platón, especialmente en el campo de la lógica en su libro Isagoge.
En este libro Porfirio redefinió el concepto de sustancia de relación a subordinación, creando el Árbol de Porfirio que expone estas subordinaciones lógicas.
Agustín de Hipona (354 – 430 d.C.)
Tras ser canonizado, pasó a ser conocido como San Agustín. Formó parte de la filosofía patrística y estuvo fuertemente influenciado por el maniqueísmo y el neoplatonismo.
Agustín desarrolló algunos pensamientos muy importantes, como el pecado original, la predestinación divina, el libre albedrío y la eclesiología.
Sobre el pecado original (la desobediencia de Adán y Eva), Agustín pensaba que era un acto de soberbia que provocaba la concupiscencia (la libido) y esto disminuía la inteligencia del ser humano.
En cuanto a la predestinación, el filósofo creía que algunas personas estaban predestinadas a ser salvadas por Dios y llevadas al reino de los cielos. Independientemente de la moral y las acciones de estas personas, esta elección divina sería irreversible.
Para San Agustín, el libre albedrío, a pesar de ser un don, sería la causa del mal en el mundo, porque Dios dio a los hombres el libre albedrío y, por ser libres, los hombres pueden practicar el mal.
Cabe señalar que, para Agustín, son los hombres los responsables del mal en el mundo, no Dios, ya que Él es esencialmente bueno.
Por último, en lo que respecta a la eclesiología, Agustín fue el responsable de acuñar la idea de que la Iglesia está dividida en dos partes: una parte material, en la que pueden entrar los hombres (buenos o malos o «trigo» y «cizaña«), y una parte inmaterial, conocida como ciudad celestial, reinada por la paz, la justicia y el amor.
Estos tres filósofos contribuyeron a la comprensión y construcción del neoplatonismo con sus ideas y reflexiones.