El osmio es un metal de color gris azulado, duro y de alta densidad, difícil de trabajarlo. No se encuentra en forma metálica en la naturaleza, pero aparece asociado a los metales del grupo del platino.
El metal está presente en el mineral iridosmina u osmiridio, que contiene una mezcla de iridio, osmio, platino y otros metales y, en muy pequeñas cantidades, en sustancias de níquel.
El osmio se descubrió en el residuo formado por la acción del agua regia sobre el platino bruto. Este residuo, tras ser fundido, tratado con ácido fuerte y destilado, dio lugar al tetróxido de osmio (OsO4).
Características
- Nombre del elemento: Osmio
- Origen del nombre: del griego osmé (olor).
- Descubridor: fue descubierto por el químico inglés Smithson Tennant (1761-1815).
- Año del descubrimiento: 1803
- Número atómico (Z): 76
- Masa atómica (A): 190,23
- Familia: 8
- Periodo: 6
- Configuración electrónica: [Xe]4f14 5d6 6s2
- Radio atómico: 130 pm
- Estado de agregación de la sustancia simple (CNPT): sólido
- PE (sustancia simple): 5012 °C
- PF (sustancia simple): 3033 °C
Aplicaciones
Este metal se utiliza generalmente para formar fuertes aleaciones con metales del grupo del platino. Estas aleaciones se utilizan en agujas y ejes de instrumentos como brújulas, plumas estilográficas, contactos eléctricos y en la fabricación de implantes.
El tetróxido de osmio se utiliza en la detección de huellas dactilares y como colorante para análisis en microscopio. También tiene aplicaciones en la química orgánica como oxidante y catalizador.
También se lo utiliza en la investigación científica. Además, es altamente tóxico. Su inhalación puede provocar un edema pulmonar y daños renales. La ingestión provoca un dolor agudo en la boca, la faringe y el abdomen.