El positivismo es una corriente filosófica que tiene como gran exponente al pensador Auguste Comte. Para él, una ciencia guiada por la filosofía positivista conduciría a la humanidad hacia un progreso cada vez mayor.
Al final, toda la especie humana y cada individuo deben alcanzar la condición más elevada y refinada del pensamiento: el estado positivo.
Estas ideas influyeron en todo, desde la teoría hasta los más diversos aspectos culturales de la época. El positivismo dio a la gente una filosofía de progreso, modernidad y una vida basada en la ciencia y la racionalidad.
¿Qué es el positivismo?
El positivismo es un sistema filosófico que explica la humanidad en una historia de progreso.
Según esta filosofía, la especie humana debe superar las formas primitivas de pensamiento y alcanzar el estado positivo, la condición más elevada y refinada del conocimiento.
Por tanto, no sólo prescribe una forma de hacer ciencia, sino también cómo debe ser la sociedad.
Características
El positivismo, como corriente filosófica, tiene algunas características principales con las que se identifican sus seguidores.
- Progreso: la humanidad debe avanzar hacia el progreso, guiada por la filosofía positivista. En este movimiento, se abandonan las tradiciones y los conocimientos antiguos para alcanzar el estado positivo.
- Estado positivo: el estado positivo es la condición en la que se puede producir conocimiento sin apelar a causas sobrenaturales o místicas. De esta manera, la humanidad alcanza un pensamiento basado únicamente en la ciencia.
- La sociología no puede separarse de las ciencias naturales: para Comte o Durkheim, la sociología es una consecuencia del desarrollo de las ciencias naturales (física, química, biología) y no puede separarse de ellas. Por lo tanto, la sociología también debe utilizar los mismos métodos de estudio.
- Divisibilidad: para estudiar un fenómeno, es necesario dividirlo y reducirlo a una parte simple. El estudio de varias partes sencillas permite reunirlas para comprender el fenómeno de forma más completa.
Historia del positivismo
Los orígenes del positivismo se remontan a Condorcet o Saint-Simon y están estrechamente relacionados con su mayor pensador, Auguste Comte.
Por lo tanto, su historia se remonta a la Francia del siglo XIX, en una época de cambios sociales, desorden y caos. El contexto era el de una sociedad que vislumbraba cada vez más el auge de la industria y el crecimiento de las ciudades.
Comte había estudiado en una escuela fundada a raíz de la Revolución Francesa, por lo que creía firmemente en sus ideales revolucionarios.
Abogó por una sociedad que abandonara las viejas formas de pensar y los conocimientos tradicionales, y que avanzara hacia el progreso guiado por la ciencia y basado en el estado positivo.
Aunque Auguste Comte fue el principal pensador, el británico John Stuart Mill también fue un gran defensor del positivismo en su época, siendo incluso financiador de los estudios de Comte.
Más tarde, otros autores se sumaron a esta corriente filosófica, como Hans Kelsen Rudolf Carnap y Otto Neurath.
Auguste Comte y Émile Durkheim
Émile Durkheim fue el pensador que llevó adelante las ideas de Auguste Comte, convirtiendo en realidad una nueva disciplina científica que tenía a la sociedad como objeto de estudio.
Comte había pensado al principio en una física social, y fue Durkheim quien logró fundar la sociología tal y como la conocemos hoy.
Hoy, para muchos investigadores, las teorías de Comte y Durkheim sirvieron para apaciguar y calmar los cambios sociales de su época.
En otras palabras, esa sociedad que estaba siendo transformada por la Revolución Francesa e Industrial necesitaba establecerse y lograr un nuevo orden. Era necesario negar lo que había en el pasado y defender la nueva sociedad.
Positivismo y sociología
Según Comte, en la historia de la ciencia las disciplinas especializadas progresaron hasta alcanzar un estado avanzado.
Partiendo de las matemáticas, la ciencia pasó a la física, la química, la biología, hasta que llegó el momento de que surgiera una nueva disciplina: la física social.
En la práctica, la nueva disciplina se materializó con el proyecto de sociología de Durkheim. De esta manera, esta nuevísima ciencia se ocuparía de un fenómeno más complejo, que es la sociedad.
En consecuencia, Comte llegó a ser considerado por muchos como «el padre de la sociología».
Ley de los Tres Estados
La Ley de los Tres Estados fue formulada por Auguste Comte para describir las etapas del progreso humano. Con ello, el autor también pudo defender cuáles eran las características deseables del estado positivo, que es la última etapa de desarrollo a la que se debe aspirar.
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Teológico
El estado teológico es, según Comte, la condición más primitiva de producción del conocimiento humano. Los fenómenos de la naturaleza se explican recurriendo a dioses y agentes sobrenaturales.
Por ejemplo: en el estado teológico, las cosas se explican por la voluntad de Dios o porque algún dios se enfadó.
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Metafísica
En esta etapa del conocimiento humano las causas divinas son sustituidas por ideas o fuerzas. Así, los fenómenos de la naturaleza se explican por la acción de «fuerzas vitales», una «naturaleza» o incluso un «principio» que dirige las cosas como son.
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Positivo
Finalmente, en el estado positivo, el conocimiento se produce a partir de la observación y la experimentación científica.
No se recurre a dioses ni a principios universales, sino que se estudia empíricamente cada fenómeno particular para lograr un conocimiento «fiable». Por ello, la sociología es también la última disciplina científica en aparecer, ya que es más compleja.
Aunque parezca simple, la Ley de los Tres Estados de Comte sirvió para que la sociedad posterior a la Revolución Francesa e Industrial justificara su existencia como un estado superior de la humanidad.
Esta es una filosofía que se fortaleció principalmente en Europa, que intentaba defender su superioridad.