El valor ético es un indicador de conducta que nos permite enfrentar la vida cotidiana. Así, cuando se nos presenta una determinada situación y tenemos que decidir sobre una acción específica (por ejemplo, ayudar o no a alguien) hay una valoración que nos lleva a actuar de forma generosa o de manera egoísta.
Las ideas de esperanza, justicia, solidaridad y libertad son valores éticos que se vuelven ideales e influyen nuestro comportamiento, ya sea en las relaciones personales, en el trabajo, o en otros aspectos.
Características
Los valores éticos se clasifican en absolutos (tienen valor por sí mismo, no está asociado a lo cultural o individual) y relativos (estos dependen del punto de vista de la persona o incluso de su cultura).
A partir del concepto de ética, los valores éticos son principios que no se limitan sólo a las normas, costumbres y tradiciones culturales de una sociedad (valores morales), sino que también buscan enfocarse en las características comprendidas como esenciales para el mejor modo de vivir o actuar en la sociedad en general.
El concepto de valor ético a menudo se confunde con el de valor moral. Sin embargo éticos son normas que se les impone a las personas, en cambio los valores morales es todo aquello que constituye al individuo como un ser humano.
La etimología de la palabra proviene del griego ethos, que significa «costumbre o hábito» y el sufijo -ico que significa «relativo a».
Estos valores se van adquiriendo durante el desarrollo de cada individuo dentro del entorno social, familiar, escolar y en los medios de comunicación.
Los valores éticos regulan la conducta de los seres humanos para lograr una convivencia pacífica y armoniosa en la sociedad y un bienestar colectivo.
Los valores éticos más importantes son: libertad, integridad, lealtad, equidad, honestidad, respeto, responsabilidad, justicia, entre otros.